lunes, 23 de marzo de 2020

Lo que no se ve.



Mierda, que paso agua bajo el puente.

Tantas cosas en tan poco tiempo, y a la vez, tanto tiempo.

Del día que era infeliz, a este, que me hago cargo de mi propia felicidad. De estar llorando en la esquina del barrio que mas disfrute vivir esperando un taxi a las 12 de la noche un martes oscuro y húmedo como la mierda para ir a la casa del primero que me atendiera el teléfono a estar acá, sentado a las 3 de la mañana, escuchando una de mis tantas bandas favoritas, contento de tener un techo, la cama de toda mi vida y la tranquilidad de que el mañana será aun mejor.

Sin esa puta incertidumbre que me ahogaba.

A veces miro para atrás y no entiendo muy bien que es lo que estaba buscando. Pero también, miro para atrás y añoro y extraño ciertas cosas que la vida me daba.

Una de ellas, era ella.

Que lindo crecimiento es poder amar y dejar ir. Es mas doloroso que la mierda, deja una cicatriz de esas que supuran cada tanto, pero que tan carnal hace la frase de Gustavo, esa de que poder decir adiós es crecer. Y yo le agregaría amar.

Ahora el ser que soy es mas completo. Es paradójico, porque le falta lo que mas quería, pero en ese querer había soledad. Y en este mascompletud hay una profunda conexión consigo mismo. Y una abundancia de compañía que gratifica.

Vale tirarme las flores, me hice cargo de que así sea. Yo me desafié, me metí en los lugares mas extraños y oscuros de mi ser que encontré, y los afronte. Y me quedan algunos para afrontar, y por ellos voy.

Entendí de que se trata eso de conocerse a uno mismo.

Y no tengo miedo, como en otras épocas. Sigo con mis inseguridades, pero voy a por ellas. No tengo miedo de lo que se viene, porque se que depende siempre de mi.

Y a veces pienso que en hubiera sido, y ninguna posibilidad me gratifica mas que esta. Y esta bien que así sea. Cada persona llega a la vida de las personas para enseñarnos algo y después se va. Ella llego, me enseño, me ayudo a sanar, me lastimo y se fue. Y de todo aprendí: de su enseñanzas, de su compañia cuando sanaba, y de la herida que me dejo, porque pude aprender como cicatrizarlas y hacerme mas fuerte.

Por eso, y por tantas otras razones, aun queda el amor.

Amor objetivo, ese que añora un abrazo pero sabe que más de eso puede ser dañiño y no es conveniente.

Ahora viene una nueva etapa, la de empezar a construir el futuro que viene. La nueva era, la que yo quiera escribir. Tengo la oportunidad en la mano, aprovecharla o no depende sólo de mi.

Lo que haga con mi vida será mi deseo mas profundo. O no seré nada.

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